COMENTARIO
Y FLORILEGIO
EL HOMBRE DE LA MULTITUD (Edgar
Allan Poe)
El hombre de la multitud es un relato corto del escritor y poeta
estadounidense Edgar Allan Poe, publicado en el año 1840 simultáneamente en las
revistas Atkinson's Casket y Burton's Gentleman's Magazine. Dada la
brevedad del cuento se opta aquí por un formato diferente, en el que en primer
lugar se hará un resumen del mismo y a continuación se detallarán algunas de
las ideas principales contenidas. Finalmente, se añaden dos florilegios por
parte de Emilia Muñoz Salinas y Juan Luengo Márquez.
NOTA SOBRE LOS
FLORILEGIOS
Un florilegio es un texto, generalmente corto, que se escribe como
respuesta subjetiva a un relato, un libro, un cuadro... Al tratarse de escritos
completamente personales, sus objetivos y temáticas pueden abarcar desde un
análisis o comentario, hasta un cuento ficticio inspirado en la obra en cuestión.
Un ejemplo de florilegio, fácil de encontrar en internet, sería el Florilegio sobre el Angelus Novus de Walter
Benjamin.
Contexto
E. A. Poe (Boston 1809 - Baltimore 1849) fue el principal precursor de la
novela gótica. Entre sus obras, destaca el elevado número cuentos y relatos
breves como este, en el género del terror romántico.
Resumen
El relato arranca con una reflexión sobre aquellos misterios cuya respuesta
no puede conocerse, problemas que puede llevar una vida entera desentrañar.
"(...); mueren con el corazón desesperanzado y la garganta convulsa a
causa del espanto de los misterios que nunca llegarán a ser revelados.''
Entonces, el narrador, un hombre recién salido de una enfermedad, analiza y
clasifica a una muchedumbre a la que observa a través de la ventana de una
cafetería central londinense. Tras una descripción detallada de los diversos
tipos de persona que ahí encuentra, su atención se dirige hacia un sujeto en
particular, al cual describe como “un viejo decrépito de unos sesenta y cinco o
setenta años”, hallándose en la necesidad irrefrenable de seguirlo para descubrir
más sobre él o sus intenciones.
La persecución tiene lugar durante un día entero en el que dicho sujeto
vaga con paso acelerado, caminando de un lado a otro sin un sentido aparente, y
entrando a distintos locales sin consumir ni demorarse demasiado en ninguno de
ellos.
Finalmente, nuestro protagonista se encuentra de nuevo en el punto de partida
con el ininteligible desconocido frente a él, mirándolo a la cara. Éste pasa de
largo, y el narrador decide poner fin a su propósito fallido, concluyendo lo
siguiente:
“Este anciano es el espécimen y genio del crimen insondable. Repudia la
soledad. Es el hombre de la multitud. Seguirlo es fútil y no me queda nada más
por aprender de él ni de sus actos. El peor corazón del mundo es más inmundo
que el ‘Hortulus Animae’ y quizá no
sea más que una de las grandes dádivas de Dios el hecho de que ‘er lasst sich nicht lesen’.”
Ideas principales
• Enigma que no permite
su resolución. ''Er lasst sich nicht lesen'', ''no se deja leer''.
• El anciano como un
reflejo de las inquietudes del propio protagonista, las cuales pretende
despejar observando su comportamiento.
• El hombre de la
multitud es la multitud misma, que vaga sin un sentido ni dirección concretas,
y seguirlo (es decir, seguir a la multitud) resulta ser una tarea inútil.
• ''Ce grand malheur, de
ne pouvoir être seul'', ''ese gran mal de no poder estar solo''.
FLORILEGIOS
FLORILEGIO - EL
SENTIDO DETRÁS DE LO INCOGNOSCIBLE
Emilia Muñoz Salinas
La persecución incesante de aquello de lo que menos se conoce y que a la
vez más interés suscita. La observación de un rostro tan familiar como
desconocido. Aquello que se quiere examinar sin que se percate de nuestra mera
existencia, rogando por que, simplemente, “no se dé la vuelta”.
La asunción de la existencia de una razón tras un suceso. La búsqueda
incesante del sentido de las elecciones que aquel misterioso elemento toma. La
arrogante certeza de que el concepto del sentido mismo existe, aun presenciada
la aparente aleatoriedad de sus pisadas.
Tras un largo camino recorrido, exhausto por la incertidumbre de todo lo
que su esencia envolvía, trató de cruzar miradas, sin éxito, sin saber que, en
algún momento, sin ser él el persecutor, recibiría de vuelta esa mirada, la
última por ser presenciada.
Entonces lo sabría, lo entendería, que se encontraba ante un libro cuyos
misterios no son visibles sino para aquellos que han perdido la visión, o quizá
simplemente un libro en blanco.
FLORILEGIO - MIEDO A
LO QUE NO LLEVA A NADA
Juan Luengo Márquez
En lo que el narrador contempla a la multitud al comienzo de un nuevo día,
se me ocurre a mí una idea aterradora. Observo desde la ventana con desdén las
posibilidades de una vida en forma de una muchedumbre que pasa por delante. Me
decido a perseguir uno de esos futuros, que atrae mi atención mucho más que los
otros. En el transcurso, observo cómo cambia de forma varias veces, muda su
aspecto sin perder por ello el misterioso atractivo que me sedujo de él.
Procuro examinarlo con cuidado, buscando una pauta en su devenir que
sugiera un final a la altura del sueño que ha sabido cautivarme, y he aquí lo
que realmente me horroriza: regresar en su busca a la misma calle de la que
ambos partimos, ahora con un yo más cansado, y sobre todo más viejo, que lo
único que ha obtenido del trayecto es el amargo trago de saber que ha
malgastado la vida, la única que tiene, detrás de una quimera que no se dirigía
a parte alguna.